He vuelto al umbrío bosque
de eterna memoria,
donde el musgo y el liquen
esconden el sendero
por el que el hombre iba,
y la blanca corteza de abedul
oculta bajo la yedra
palabras amorosas.
Allí donde los troncos retorcidos
lloran primaveras
y el aliento de moho
cubre y oculta la savia del bosque
y la poesía que queda bajo los árboles.
Vi brillar, junto al arroyo,
el laurel sagrado
con el que corone tu frente.
Y en el recodo:
la fuente clara y fría
que monótona e insomne,
cuenta siempre
la misma historia de una niña.
Me arrodille a escucharla
Y, al despertar,
hundí mis manos en la hojarasca
buscando tú perfume
pero solo encontré
el de la harina agria de los hongos.
*
de eterna memoria,
donde el musgo y el liquen
esconden el sendero
por el que el hombre iba,
y la blanca corteza de abedul
oculta bajo la yedra
palabras amorosas.
Allí donde los troncos retorcidos
lloran primaveras
y el aliento de moho
cubre y oculta la savia del bosque
y la poesía que queda bajo los árboles.
Vi brillar, junto al arroyo,
el laurel sagrado
con el que corone tu frente.
Y en el recodo:
la fuente clara y fría
que monótona e insomne,
cuenta siempre
la misma historia de una niña.
Me arrodille a escucharla
Y, al despertar,
hundí mis manos en la hojarasca
buscando tú perfume
pero solo encontré
el de la harina agria de los hongos.
*
1 comentario:
Estupendo poema, os animo a publicar más. Si eres de Gijón,puedes contactar con cuentistas enrredados.
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