domingo, 13 de abril de 2008
Castillo de Salas
El barco clama:
¡ No expongáis mi esqueleto en tierra firme
exhumando mis vergüenzas
al agua dulce de la lluvia!.
Dejadme solo recordar:
los puertos donde anclaba,
la primera aurora,
el beso de la última sirena
y entonces, amortajadme
entre paisajes de algas,
entre silencios amargos ,
muerto ya para la historia.
Barco:
duerme en paz,
en aquel lugar donde el amor ya se detiene.
Yo digo en tu descargo:
que no existe buen barco
sin un timonel al mando
y que el musgo del orín
jamás podrá nunca con la rosa.
Hernán 13-04-08
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