domingo, 13 de abril de 2008

Foces del río Pino

( a todas las Foces de Asturias)

Allí, donde hachas de caliza
hienden abismos
y fuentes cristalinas de paciencia infinita
hieren tus entrañas,
nos conmueves, con tu perfil rectilíneo
en el que el águila no anida
y solo el brezo con timidez se asoma.

Farallón donde rompen tempestades
y se funden borrascas y neblinas,
solo inclinas reverencias
al paciente leñador de piedra
que con insomne canto de sirena
hiende su hacha en tu bravura.

Por los surcos de tu piel
lloran arroyos
que jamás han visto el alba,
ni apagarse las brasas del ocaso,
ni lanzas de luz en tu dominio,
solo atisbas lágrimas de plata
y brillos de azabache
en tus honduras.

Y por los senderos milenarios,
donde solo se aventura el lobo
o el zorro sagaz tras de su presa,
has consentido el paso al peregrino
que soñando poemas y leyendas
atraviesa sombras neblinosas
buscando un perdido santuario.

Y al final, cuando la muerte nos iguale,
se deshagan en lluvia los recuerdos,
y el amor que no sabe detenerse,
se detenga,
desfilara ante ti
un derrotado ejército de fantasmas y poetas
que evanescente se difuminara en las sombras
donde el silencio es eterno.

Y allá en la cumbre,
donde termina el precipicio
y comienza el infinito,
donde tiemblan en adioses
las últimas hojas amigas del viento,
como último testigo
de nuestros vanos desvaríos,
quedara reinando tu esfinge solitaria .

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