lunes, 23 de junio de 2008

El viejo que nadie quiere ver (segunda parte)




El viejo de la calle del barrio húmedo de León en su versión en color.
Clic sobre la imagen para verla a mayor tamaño.
(Como continuación a mi poema a este mismo retrato en blanco y negro en unas páginas hacia atrás en este blog...)
...He pensado con frecuencia en este hombre después de aquel encuentro en el que conseguí que me contara un pequeño retazo de su vida (si lo que me relató se le puede llamar vida).
Siempre he tenido simpatía por estos hombres de la calle, que lo han perdido todo, menos ese atisbo de dignidad y orgullo, que seguramente es lo único que les queda de su mundo destruido sabe Dios porque avatares. Lo que nos separa de ellos, a veces es tan poca cosa, como la mala suerte de una desgracia; en es este caso: la muerte de un ser al que se quiere más que a uno mismo.
Ya hace unos cuantos años, pero todavía tengo en la memoria el recuerdo de uno de estos hombres en mi primer visita a París . Tenía una de edad indefinida, vestía un raido traje de chaqueta cruzada, y estaba sentado en una acera de un barrio elegante. Mientras su cuerpo se empapaba con el agua de un canalón que vertía sobre él la furia de un fuerte aguacero, los elegantes transeúntes de aquel barrio pasaban a su lado sin mirarlo siquiera, como si su cuerpo formara parte del asfalto. Cuando traté, como pude, arrástralo a un portal próximo, el hombre con una mirada que jamás olvidaré, me dijo que le dejase donde estaba, que ahora ya nada le importaba.
Cada vez que pienso en la hermosa ciudad de la luz, se me aparece la mirada de aquel hombre y la dignidad con que me dijo aquellas palabras. Siempre me pregunté qué triste historia (quizás de amor) arrastraría de su pasado.
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Estaba ahora mismo leyendo “Palabra sobre palabra” de Ángel González, y como homenaje a estos hombres voy a incluir aquí un poema que a mí me ha gustado.

Todo lo consumado en el amor
no será nunca gesta de gusanos.

Los despojos del mar roen apenas
los ojos que jamás
-porque te vieron-,
jamás
se comerá la tierra al fin del todo.

Yo he devorado tú
me has devorado
en un único incendio.

Abandona cuidados:
lo que ha ardido
ya nada tiene que temer del tiempo.

5 comentarios:

Natalia Menéndez dijo...

¡Gracias por visitarme!. ¡madre mia! ¿esos retoques con photoshop los haces tú? impresionante, me encanta, no tengo palabras, son espectaculares, enhorabuena. ¡Me pasaré por aquí con frecuencia!. ¡besos!.

Hernán Fdez. Blanco dijo...

Gracias Natalia (que rapidez! estaba todavía arreglando esto). Si, procuro que las fotos se vean como yo las quiero ver, pero si el original es malo o hay mala luz… no hay manera. No creas, todavía no me gustan del todo pero voy haciendo lo que puedo para trasmitir esas miradas. Ojala yo tuviese vuestro talento (también incluyo a Esperanza) para poner los pies a las fotos como yo quisiera.
Un saludo muy cordial.
Hernán

Esperanza dijo...

Por alusiones, gracias por tus palabras, Hernán, pero tus fotos no necesitan mucho pie, hablan por sí solas.

Rubén Calderón dijo...

Dios!! amigo, eres sin duda una persona especial, ya, ya se que todos lo somos de alguna manera, pero tu manera de serlo es creaitiva. Sin conocerte personalmente adivino un tipo genial y conociendo tu rostro pronostico una muy buena persona.
Gracias por compartir tu imagenes y tus palabras, solamente por ti ya merece la pena el rollo este del flickr.

Hernán Fdez. Blanco dijo...

Gracias amigo Rubén. Tu siempre tan amable (esta vez demasiado), pero esto es solo un entretenimiento sin más, ( la tele le aburre a uno) . Siempre me parece milagroso que alguien se interese por estas “ miradas” pero esta es la magia de las nuevas ( ¿ o ya viejas?) tecnologías .
Un saludo amigo