Desde niño me enseñaron a amar
como ellos quisieron:
por respeto, por honor, por procrear,
por la patria, por un dios, por religión.
Amar para atar,
amar por apresar.
Con solo yo,
nunca contigo.
Para mí, y no por ti.
Amor cautivo.
Amor por conveniencia.
Amor estabulado
y calculado.
Amor sin corazón,
pero si con coraza.
Sentir sin compartir.
Unidos por el tedio
y la rutina.
Y el tiempo pasó inútil
amarrados al amor que dispusieron.
No podré colgarme jamás
de otras sonrisas,
ni trepar ya la enredadera
de otros cuerpos,
ni sentir el azogue
de otras miradas.
Porque el tiempo ya ha pasado
siendo fiel discípulos
de aquellas enseñanzas
Que el amor sea:
Amar sin acatar
las normas que nos atan.
Amar sin convenciones,
amar sin condiciones,
amar con libertad,
amar por desear.
Amar y amar, sin más,
sin pedir explicaciones,
sin porvenir.
Hoy y ahora, nada más.
Como el marino de Neruda,
que ahora besa y luego se va.
Que el amor sea sanar
y no enfermar.
Que sea vida
y no agonía .
Ternura y no amargura,
Tocar, sentir,
saber que existes.
Besar, besar
sin acabar.
Amar, vivir
y al fin por amar así
ser inmortal.
Hernán 25/11/18