Mira al gorrión :
gris triste y solitario;
como un mendigo,
como una mancha en la nieve.
A nadie conmueve
su pata rota
por la pedrada de un niño.
Cojea, cojea,
en busca de una miga de pan
pero solo encuentra
polvo y barro.
Mira el gorrión :
no es nada,
solo miedo y plumas,
y una triste mirada
que a nadie le importa
Cojea, cojea
en busca de una brizna
en la escarcha,
pero solo encuentra
hielo y roca.
Mira al gorrión:
sucio y hambriento
y con una pata rota
por la pedrada de un niño.
Trina y trina
porque no sabe llorar,
pero a nadie le importa.
......................................
En Uganda los gorriones
no cojean, cojean los niños
que pisan minas en el bosque.
Allí los niños son como gorriones:
solos, tristes y cojos,
pero a nadie le importa.
Mira el niño de Uganda,
solo mocos y miedo,
sucio y hambriento
como una mancha en la arena.
Cojea, cojea,
entre la basura,
en busca de una miga de pan;
pero solo encuentra :
algún papel desgarrado,
alguna muñeca rota;
como su alma rota.
Los niños de Uganda
no tiran piedras, si no balas.
Y sus ojos son como
pozos negros;
a los que nadie asoma,
a los que nadie importa.
Hernán 25/01/17
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